Entradas

Mostrando entradas de enero, 2020

36. UNA HISTORIA DE MIEDO: EL SEÑOR DEL CHAMPÚ DE VOLUMEN

Imagen
Este señor consiguió darme miedo de verdad. Era una tarde muy tranquila, no había ni un alma en la calle. Yo me encontraba reponiendo la tienda (soy una persona que no puede estar sin hacer nada) cuando aparece por la puerta un señor alto, de unos treinta y muchos años, con gafas y pelo castaño claro de media melena.  Entró en la tienda como un robot, pasó por mi lado sin saludar y  se fue directamente al fondo de la tienda  con paso agigantados, parándose en seco delante del mostrador y quedándose quieto como una estatua mirando al infinito.  Suelto los productos y me acerco a él. Yo: Hola, ¿le puedo ayudar en algo? Con un movimiento de pies, se gira sobre si mismo sin mover el resto del cuerpo.  Me sacaba dos cabezas de alto, y esa expresión de su cara de mirada perdida, me dio una sensación muy incomoda. Cliente: -Quiero un champú para mi pelo- Se inclina sobre mí, clavándome la mirada y levanta su brazo para señalarme su cabello. Yo: -¿Como es su cabello?, ¿

35. EL BULTO

Imagen
Tengo algunas clientas que se toman ciertas confianzas conmigo, que muchas veces se pasan. Un día, una señora mayor, de unos ochenta y algo de años, vino para recoger unos productos que me apartó días atrás. Esta señora, muy risueña y educada, me dice nada mas entrar por la tienda. Señora: -Hola, vengo por lo que me guardaste. Lo siento, pero no he podido venir antes-  Yo: -No se preocupe, aquí tiene-  Por la forma en que me miraba, creo que la señora esperaba que le preguntara el porqué no había venido antes. Pero eran días de mucho trabajo y no podía entretenerme charlando. Pero ella no se iba a quedar con las ganas de soltarlo. Señora: -No he podido venir antes, porque ayer me ingresaron-  Yo: -Oh, lo siento señora. Espero que no haya sido nada grave.  Señora: - Al final no ha sido nada grave. Me caí en la calle y aunque el dolor era insoportable, al final tengo   contusiones nada más... pero que mal lo pasé-  Yo: -Ah, pues que bien ¿no?- (no quería ser desagrada

34. LA SEÑORA RUBIA

Imagen
E sta señora de unos cincuenta y algo de años, algo regordeta y bajita, la conocí cuando yo era solo una novata en el trabajo donde estoy actualmente.    Siempre lleva el pelo rubio recogido por una pequeña coleta y con gafas.   Nunca ha tenido ningún mal gesto con las trabajadoras en la tienda, se ve buena persona pero su problema es que habla por los codos. La primera vez que la vi, me acerqué a ella y muy sonriente le pregunte:  Yo: -¡Hola buenos días!, ¿puedo ayudarla en algo?- Ella me mira y se le iluminó la cara (creo que al verme, en su cabeza se repetía una y otra vez “sangre nueva”) Señora: -¡Ah sí! Estoy buscando un champú para mi pelo que es muy seco.- Pretendía acercarme a las estanterías de los champú cuando sigue hablándome:  Señora: -Es que mi vecina me dice que compra uno aquí muy bueno-  Le intento preguntar.  Yo: -¿Qué champú…- Pero ella sin respirar sigue hablando. Señora: -No sé cuál es.   Enséñame los que tienes. Es que tengo el pelo muy

33. LA PEINETA

Imagen
Me encontraba atendiendo a unas ocho señoras que hacían preguntas al aire para que yo las respondieran (es que no aprenden a respetar el turno) Cuando de pronto me siento observada desde la otra punta de la tienda. Dirijo la mirada hacia allí, y veo que una señora muy mayor, me miraba fijamente (creo que era un Jedi, porque sin decir palabra consiguió que le preguntará si necesitaba algo) La señora sin decir palabra, levanta el brazo y me hace una peineta Mire detrás mía pensando que no era a mí, pero no, la señora me estaba haciendo una gran peineta. Y encima levantaba el brazo para que lo viera mejor. Llegué a pensar que no estaría bien de la cabeza, así que decidí atender a otras señoras. Pero la señora al verse ignorada y sin bajar su peineta, se dirige rápidamente hacía mí y se para justo enfrente mía. Su dedo levantado se quedó a escasos centímetros de mi nariz. Intento ser educada con la gente, pero no iba a aguantar que una señora se cachondeara de mí de esa ma

32. LA SEÑORA DESORIENTADA

Imagen
En este caso no supe si reír o llorar.   Me encontraba atendiendo a una muchacha, mostrándole los distintos tipos de maquillaje en su rostro, cuando aparece una señora de unos sesenta y algo de años, vestida con el típico vestido floreado veraniego de toda señora de su casa, a juego con sus chanclas de playa.  Como no había sitio en la tienda (hablo con sarcasmo), se queda justamente pegada a la clienta que estoy atendiendo, mirándome fijamente.   Estaba tan pegada, que la chavala se sintió muy incómoda y se echó a un lado diciendo: Clienta joven: -Atiéndela a ella primero mientras yo me decido-, y eso hice.  Me dirijo al mostrador para limpiarme con una toallita húmeda los dedos sucios de maquillaje, levanto la mirada y la veo frente a mí con la mirada clavada (creo que di un respingo) Yo: -Dígame-.   La señora lentamente le sale una sonrisa del rostro, da dos pasos más hasta clavarse el mostrador en el estómago y me dice:  Señora extraña: -¿Me trajiste lo que te deje

31. TRENCITAS II

Imagen
Si no sabes quien es "Trencitas", te dejo el enlace del capitulo donde relato el día que la conocí y así la conocerás mejor: https://clientespeculiares.blogspot.com/2019/11/12-trencitas-presentacion.html  Como comenté en el anterior capitulo, las visitas de "Trencitas" eran habituales.  Los siguientes días que me visitaba fue aumentando de productos que quería adquirir y de preguntas que eso conllevaba, ya no solo me preguntaba por las extensiones castañas oscuras o negras, o de las grapas negras...  Además ya me pedía cepillos especiales para peinar las extensiones, se llevaba uno cada vez que me compraba el pelo, ni las extensiones y ni el cepillo le duraba seis escasos meses.    Y ella gastaba todos los paquetes que se llevaba en seis meses. Lo peor es que siempre iba con un moño recogido malamente con una pinza de plástico y con el pelo sucio y grasoso. También le dio por comprarse desrizantes para alisarse el cabello (que no lo tenia rizado, mas

30. PREGUNTA ABSURDA VI

Imagen
Señora con dos lápiz de ojos en la mano.  Señora:- ¿Qué diferencia hay? Yo:- Pues uno es azul y el otro es verde, uno es de mina y el otro de madera, además tienen distinto precio.  La señora se queda mirando los dos lápices unos minutos y dice:  Señora:-Entonces, ¿Cuál es la diferencia?