35. EL BULTO
Tengo algunas clientas que se toman ciertas confianzas conmigo, que muchas veces se pasan.
Un día, una señora mayor, de unos ochenta y algo de años, vino para recoger unos productos que me apartó días atrás. Esta señora, muy risueña y educada, me dice nada mas entrar por la tienda.
Señora: -Hola, vengo por lo que me guardaste. Lo siento, pero no he podido venir antes-
Yo: -No se preocupe, aquí tiene-
Por la forma en que me miraba, creo que la señora esperaba que le preguntara el porqué no había venido antes. Pero eran días de mucho trabajo y no podía entretenerme charlando.
Pero ella no se iba a quedar con las ganas de soltarlo.
Señora: -No he podido venir antes, porque ayer me ingresaron-
Yo: -Oh, lo siento señora. Espero que no haya sido nada grave.
Señora: - Al final no ha sido nada grave. Me caí en la calle y aunque el dolor era insoportable, al final tengo contusiones nada más... pero que mal lo pasé-
Yo: -Ah, pues que bien ¿no?- (no quería ser desagradable, pero tenia varias clientas que atender)
Señora: -Aunque me dijeron que no había nada grave, mira que tengo aquí-
Y la señora se baja el pantalón dejando ver media nalga.
Señora: -Pero mira, acércate. ¿ves el moratón?- (la verdad que no veía nada, pero no quería entretenerme más y le dí la razón para que se subiera ese pantalón)
Señora: -Pero acércate un poco más-
Me apoye sobre el mostrador
Yo: -¡Uy! Sí, no veas como lo tienes- (seguía sin ver nada)
Señora: -A que si, y mira....-
Me coge la mano y me la pone en su flácida nalga, meneando la mano de un lado a otro
Señora: -¿Has visto el bulto que tengo?
Me solté rápidamente. Entre tanta carne blanda, se podía palpar un bultito duro duro.
Yo: No veas que bulto tiene.
Señora: -¿A que si? Pues dice los médicos que no es nada. Estoy pensando en volver para que me lo miren-
Yo- Si, si vaya a que se lo miren.
Y la señora se fue muy contenta, porque necesitaba que alguien le diera la razón. Mientras yo, me eché medio tarro de hidroalcohólico en la mano y gaste un paquete de toallitas húmedas.
Un día, una señora mayor, de unos ochenta y algo de años, vino para recoger unos productos que me apartó días atrás. Esta señora, muy risueña y educada, me dice nada mas entrar por la tienda.
Señora: -Hola, vengo por lo que me guardaste. Lo siento, pero no he podido venir antes-
Yo: -No se preocupe, aquí tiene-
Por la forma en que me miraba, creo que la señora esperaba que le preguntara el porqué no había venido antes. Pero eran días de mucho trabajo y no podía entretenerme charlando.
Pero ella no se iba a quedar con las ganas de soltarlo.
Señora: -No he podido venir antes, porque ayer me ingresaron-
Yo: -Oh, lo siento señora. Espero que no haya sido nada grave.
Señora: - Al final no ha sido nada grave. Me caí en la calle y aunque el dolor era insoportable, al final tengo contusiones nada más... pero que mal lo pasé-
Yo: -Ah, pues que bien ¿no?- (no quería ser desagradable, pero tenia varias clientas que atender)
Señora: -Aunque me dijeron que no había nada grave, mira que tengo aquí-
Y la señora se baja el pantalón dejando ver media nalga.
Señora: -Pero mira, acércate. ¿ves el moratón?- (la verdad que no veía nada, pero no quería entretenerme más y le dí la razón para que se subiera ese pantalón)
Señora: -Pero acércate un poco más-
Me apoye sobre el mostrador
Yo: -¡Uy! Sí, no veas como lo tienes- (seguía sin ver nada)
Señora: -A que si, y mira....-
Me coge la mano y me la pone en su flácida nalga, meneando la mano de un lado a otro
Señora: -¿Has visto el bulto que tengo?
Me solté rápidamente. Entre tanta carne blanda, se podía palpar un bultito duro duro.
Yo: No veas que bulto tiene.
Señora: -¿A que si? Pues dice los médicos que no es nada. Estoy pensando en volver para que me lo miren-
Yo- Si, si vaya a que se lo miren.
Y la señora se fue muy contenta, porque necesitaba que alguien le diera la razón. Mientras yo, me eché medio tarro de hidroalcohólico en la mano y gaste un paquete de toallitas húmedas.
Comentarios
Publicar un comentario