16. CORRECTOR NEGRO

Una mañana entra una señora de unos sesenta y algo de años, muy delgada y de estatura media.  Llevaba una vestimenta con un blusón ancho y unos pantalones anchos pero no estilo de “hippie”, sino de dejada porque la ropa tenía más arrugas que un gusano frenando.  Su melena era una maraña de pelo estropajoso de color rubio pajizo entrecano. 

Suelta su carrito de la compra (no creo que estuviera lleno de comida precisamente), se acerca al mostrador y con una gran sonrisa me dice algo nerviosa: 

Señora: -Hoolaa, ¿tienes un corrector para mí? ¡jejeje!-, no paraba de frotarse el ojo derecho con el dedo índice, un poco más y me salta el ojo encima.

Yo: -¿De qué tipo usa el corrector?- le pregunto sabiendo que no iba a ser una clienta fácil.  

Ella que seguía refregándose el ojo una y otra vez, me dice: 

Señora: -El que yo uso no me dura nada, lo quiero resistente al agua ¡jejeje!- y se va directa al stand de maquillaje.

Respiro profundamente y le digo: 

Yo:-Veo que se toca mucho el ojo, a lo mejor por eso no le dura mucho el corrector-.   

Me mira, deja de tocarse el ojo y me dice riendo: 

Señora: -¡Jejeje! Es que tengo un problema en los ojos… ¿lo ves?- y me enseña el ojo enrojecido de tanto tocárselo. 

Sigue diciendo: 

Señora: -Es por eso que no me dura… yo hago así (hace el gesto con la mano como si se estuviera pintando la línea del ojo) y el corrector me pone negro todo el ojo- 

Al hacer ese gesto me di cuenta que no era un corrector lo que quería, sino un delineador de ojos.

Yo:-¿Usted que quiere un delineador de ojos o un corrector?- le digo extrañada a la explicación que me estaba dando.  

Ella se queda pensando y me dice con esa risita que le sale: 

Señora:-¡Jejeje! El corrector y el lápiz de ojos, he usado los dos y se me corre negro- 

Yo:-Pero no será el corrector, será un delineador- le vuelvo a repetir.  

Señora: –No, no, el delineador ya lo tengo, quiero probar con un corrector resistente al agua para que no me ponga el ojo negro-,

Respiro y le comento:

Yo: -El corrector es una cosa y el delineador de ojos es otra-

Ella poniéndose más seria me dice:

Señora: -No, el lápiz ya lo tengo.  Quiero probar con el corrector-

Yo: -El corrector es para cubrir las ojeras señora- le digo para que lo entienda de una vez.

Por fin lo entendió: 

Señora:-¡Ah vale! Eso no quiero.  ¡Jajaja! Lo que entiendo yo de maquillaje- 

Y se vuelve a mirar productos en la tienda:

Señora: -Que de cosas tienes- me dice mientras bailotea meciéndose de un lado a otro por la tienda. 

En ese momento entra otra clienta a por su lápiz de ojos, va a cogerlo pero la mujer del corrector se le pone delante sin darse cuenta, la señora del lápiz le pide paso y ella riendo le dice: 

Señora: -¡Jajaja! Como soy, siempre en medio ¡Jajaja!-

Y sigue bailando por la tienda mirando los productos, cuando veía algo que le interesaba, se paraba en seco acercaba la cara para ver el producto de cerca y soltaba: 

Señora: -¡Ooohh! Qué bonito-

Después seguía con su baile hasta que llego a la puerta de salida, coge su carrito y se marcha despidiéndose con un simple adiós.