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Mostrando entradas de octubre, 2019

3. RECITAL DE HORARIOS

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Con el tiempo pase de vender palomitas a vender entradas en la taquilla.  En mi época de taquillera también viví momentos peculiares con los clientes…          Nunca comprendí la obsesión que tenía la gente con que le recitara las películas que se proyectaban y sus horarios (con la de hermosos carteles que teníamos repartidos por todo el centro comercial y en el mismo cine).  No era por no ayudar al cliente, pero después de recitarlos 20 veces al día puede llegar a ser muy pesado. 😓         Todas las semanas imprimía los horarios en hojas blancas, ponía los números lo más grande posible para que el más miope pudiera verlo.  Pues nada, seguían acercándose a la taquilla para preguntarme los horarios. Con el tiempo compré hojas de colores flúor: verde, naranja, amarillo y rosa…  y tampoco funcionó. Así que lo deje por imposible…               Aunque si hay algo que saca más de quicio que repetir una y otra vez los horarios de las películas, era los típicos clientes

2. LAS PALOMITAS SALADAS

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El primer trabajo que tuve fue en un multicines de seis salas.  Empecé vendiendo palomitas, refrescos y chucherías en el ambigú, y con el tiempo acabe vendiendo entradas en la taquilla. Durante seis años conocí a muchos compañeros de trabajo que se convirtieron en amigos, y a muchos clientes con sus peculiaridades… El público de un cine es muy acelerado… todo el día van corriendo de un lado a otro, hasta que consiguen sentarse para ver la película.  Pero aunque la mayoría de los clientes compraban sus entradas, sus chucherías y se quedaban quietecitos viendo la película, había una especie de clientela muy "especial"… Recuerdo una vez un señor de unos cuarenta y pico de años, de pelo castaño con barba; que salió en mitad de una sesión de cine con el cubo de cartón de palomitas en la mano.  Se acerca al mostrador y me dice muy serio: -Perdona, me gustaría cambiar estas palomitas-.  Me inclino sobre el mostrador, miro el cartucho de palomitas casi vacío (se po

1. ¿EL CLIENTE SIEMPRE TIENE LA RAZÓN?

“ El cliente siempre tiene la razón ” Este eslogan creado por Harry Gordon en 1909 para sus tiendas Selfridge en Londres, ha pasado de ser de una frase publicitaria a ser tomado como un derecho de los clientes hacia los trabajadores. El eslogan lo que pretendía era informar de los buenos servicios que prestaban los comerciales para satisfacer las necesidades de los clientes.   Pero, ¿el cliente siempre lleva la razón?... Yo opino que depende de la situación... cuando eres un comercial tienes que saber tratar a las personas, y saber que cada cliente es un mundo. Como siempre digo… “ para tratar con la gente, hay que valer”, no todo el mundo posee la paciencia que se necesita para este trabajo. Para empezar, hay que tener en cuenta las necesidades de cada consumidor, pero siempre dentro de un respeto… nunca, nunca, nunca se le debe de faltar el respeto a nadie, aunque el cliente llegue hecho un basilisco.   Yo prefiero escuchar, que se desahogue y cuando termina el cliente