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Mostrando entradas de marzo, 2020

42. LA LECTORA

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Sábado por la mañana, a falta de cinco minutos para cerrar.  Fue un sábado de mucho trabajo, no pare en toda la mañana.  Me disponía a hacer caja (los sábado por la tarde no se trabaja), cuando de repente entran dos mujeres en la tienda. Ninguna de las dos tenía pinta de haber cerrado rápido su negocio para comprar antes de que yo cerrara, como puede pasarle a mis compañeras comerciales de la zona.  Con la tranquilidad que entraron venían de haberse paseado por toda la zona comercial. Una de ellas, la más alta y delgada, llevaba el pelo ondulado a media melena de color rojo anaranjado.  Portaba unas gafas de pasta en un rostro sin maquillar y vestía estilo “hippie” con unos pantalones bombachos y camiseta de mangas cortas.  La otra mujer era todo lo contrario, bajita y rellenita, tenía el pelo oscuro, corto y muy rizado.  Ella vestía algo más casual, pantalones vaqueros y camiseta.  Las dos podrían tener unos cuarenta y tantos añ

41. EL UNIFORME

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Mis jefes ya me han comprado varios uniformes para ir todas las empleadas conjuntadas.   Cada verano nos cambiaba el modelito, porque de un año para otro con el uso diario, acabábamos quedándonos sin uniforme.  Por ello, un invierno decidió colocarnos de uniforme un delantal muy chulo.   Me veía muy bien con él, además era muy cómodo y mi ropa se salvaba de las manchas de maquillaje o bolígrafo (es raro el día que no me manche).         Pero una clienta consiguió que lo odiara…   Esta clienta es una señora de unos setenta y tantos años, de pelo canoso, muy delgada y siempre va muy bien arreglada.   Suele ir una vez al mes a comprarme unos lapices de ojos, no es mala clienta pero cada vez que me veía con el delantal me daba la enhorabuena por mi embarazo.          No estoy delgada, pero tampoco me considero gorda, pero a esta señora cada vez que venía a comprar, me tocaba la barriguita y me felicitaba.    Yo la miraba y le decía: Yo: -Señora que no estoy embarazada-

40. EL CORONAVIRUS

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Tengo algunas clientas que no vienen a comprar, vienen a la tienda sin maquillar y se prueba todos los probadores de los stands (siempre les advierto que no es muy recomendable probarse en la cara los probadores ya que lo utilizan mucha gente, pero hacen caso omiso a lo que le digo) Al cabo de una media hora, después de preguntarme veinte veces como le queda lo que se ha puesto, se marcha a la calle toda maquillada y esplendida. Los otros días, una de las típicas señoras que vienen a maquillarse, me hizo tanta gracia su comentario que tuve que publicarlo en Twitter.   Os pongo en situación, ya sabes como esta el tema del Coronavirus, pues esta situación me ocurrió antes del que virus llegara a Europa...